martes, 25 de marzo de 2008

Virgen María, Rosa Mística

Virgen María, Rosa Mística,
Madre de Jesús y Madre mía
Tres rosas llevas en el pecho,
tres rosas hoy te ofrezco. 

Una Rosa Blanca,
para reconocer nuestra necesidad espiritual,
recibir Tus consuelos en las tristezas
y un corazón limpio para ver a Dios. 

Una Rosa Roja,
para tener hambre y sed de justicia,
ser paciente, comprensiva
y de corazón humilde para hacer la Voluntad de Dios. 

Una Rosa Amarilla,
para trabajar por la paz, el amor y la unidad
y estar contenta cuando me persigan por causa del bien.

Virgen María, Rosa Mística,
con tus manos orantes elévale mi oración al Dios de la compasión
para que sea grande la recompensa que reciba en el cielo. 

Mamá María, Virgen Rosa Mística…
A tu cuidado confío cada pedacito de mi corazón…+ 
AMEN.

Amén.

Gracias Lilly Medina

lunes, 24 de marzo de 2008

El primero o el Ultimo????

Cuando los seglares o laicos caemos en la manía del protagonismo
         
Escrito por Redacción   
sábado, 22 de marzo de 2008
Orden Franciscana Seglar
 
Los laicos en muchas ocasiones, cuando nos dedicamos al servicio del altar, al servicio de la Iglesia, a la catequesis o a la evangelización, incurrimos en un vicio o manía que lejos de ser ayuda para la labor que Cristo nos ha encomendado, se convierte en medio que aleja a los hermanos de acudir a la Iglesia y de conocer el Reino de Cristo. Este vicio o manía es la que conocemos como protagonismo.

Los humanos de este siglo, desde niños hemos puesto nuestros sentidos en la observación de películas cinematográficas y en las historias novelescas de la televisión. Vivencias en las que se narra la vida de personajes famosos. Historias que son interpretadas por actores que protagonizan el papel de los principales personajes.

Así, sin percatarnos, desde niños empezamos a desear ser los protagonistas que imitan a esos personajes principales de las historias que se relatan en los filmes y las telenovelas. Inconscientemente venimos desarrollando dentro de nosotros mismos actitudes desatinadas de afectación histriónica para simular ser lo que no se es.

Esta suma de actitudes desatinadas es lo que conocemos como Protagonismo.

El protagonismo es esa manía de sentirse el centro de la atención social. Es esa obsesión de ser reconocido como la persona más calificada y necesaria en determinada actividad, independientemente de que se posean o no méritos que lo justifiquen. La ilusión por ser reconocidos como el personaje principal de su entorno social, mueve a la ficción de simular ser lo que no se es, hasta llenar ficticiamente sus vacíos vivenciales.

Los vacíos vivenciales inducen a jactarse de grandeza, de popularidad o de ensoberbecimiento, en la enajenante esperanza de un mañana en el que pudiera protagonizar el papel de ser el héroe o la heroína de las películas y telenovelas preferidas. Siempre se habla de los peligros éticos, morales y psicológicos del cine y de la televisión, pero no se advierte de las perturbaciones psíquicas que el protagonismo desencadena en la conducta de los espectadores.

Analizando y recordando esas vivencias que son comunes a todos los seres humanos, no debemos olvidar que el ser humano no solamente es consecuencia de su herencia genética, sino que también es el resultado de la programación psicológica del medio ambiente social y cultural en el que se desarrolla. No hay quien no haya soñado en su niñez -y algunos lo conservan en el subconsciente- la esperanza de protagonizar una de esas fabulosas historias que siempre deseo realizar.

En la conciencia de toda persona subyacen esos sentimientos de personificar y realizar todo lo que sus héroes y heroínas sembraron en sus mentes sin tomar conciencia del desarrollo subliminal de los yoes que hacen que el ser humano se comporte de manera extraña y extravagante.

Y es que no hay quien -de una u otra manera- no quiera ser el centro de atención de quienes lo rodean. No hay quien no quisiera ser como los protagonistas principales de las películas y las telenovelas.

Que los actores simulen los personajes que han elegido representar, es un talento histriónico que merece el reconocimiento de sus admiradores; pero quienes tienen la manía de simular protagonismos sin ser de la profesión de los actores, definitivamente están pretendiendo sorprender y engañar a sus semejantes con alguna vil intención o, lo más triste, distraer la atención del único centro de atención que debe ser Cristo, para encaminar esa misma atención en nuestras personas.

Aquellos que recurren a urdir protagonismos, sea cuales fueren sus propósitos y argumentos justificativos, actúan con deshonestidad y perversidad de intenciones.

El deseo de ser iguales a otros, induce a fantasear preciándose de ser indispensables. Los personajes piensan que sin ellos las cosas no podrán funcionar. Que son lo mejor, sin darse cuenta que el rol que quieren protagonizar ni siquiera es compatible con sus personalidades.

Cuando la desinteligencia impide comprender que en la vida cotidiana no siempre se puede realizar el protagonismo que se desea, el porfiado subconsciente motivará oportunidades inusitadas, que al parecer ofrece nuevas alternativas para protagonizar.

Analizando cada una de nuestras vidas es casi seguro que descubriremos muchísimas actitudes en las que tratamos de ser los protagonistas del grupo en el que estamos, o de alguna experiencia que tratamos de mostrar a quienes nos rodean, en el afán de ser distintos y mejores que los demás. El protagonismo se ha constituido en un síndrome psíquico que nos impulsa a ser extravagantes, que nos hace creer que son aquello que no somos realmente.

Cuando descubrimos algún conocimiento especial o cuando nos enteramos de ciertas circunstancias de la vida de los demás, no vacilamos en tratar de penetrar en esos ambientes y ganar esos espectadores que nos concedan la admiración y el reconocimiento que aspiramos.

Es cierto que todo ser humano se siente fortalecido con el afecto, el amor, el respeto y la admiración de sus semejantes; pero, cuando caemos en el protagonismo, ¿estamos conquistando aquellas cosas que tanto deseamos?,o ¿no será más bien, que -sin darse cuenta- estamos haciendo el ridículo de aparentar ser lo que realmente no somos?

Hombres y mujeres de todas las esferas sociales, insensatamente compiten en una carrera por tratar de ser protagonistas de paradigmas ajenos y extrañas a la historia de sus vidas, cayendo en el auténtico protagonismo de las enajenaciones conocidas. Meditemos, porque el protagonismo -sin habernos propuesto- ha logrado arrastrar a la conciencia social de nuestro mundo creando personajes de ficción que confunden nuestras relaciones con quienes nos rodean. ¿Cómo nos enseña Cristo a no caer en el protagonismo?

A través de su Palabra, Cristo nos responda a aquellos que quieren estar delante de los demás, encabezando el escenario, en la búsqueda de controlar a los demás.

La petición de Santiago y Juan (Mt. 20. 20-23)

Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: "Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir". Él les respondió: "¿Qué quieren que haga por ustedes?". Ellos le dijeron: "Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria".

 Jesús les dijo: "No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré?". "Podemos", le respondieron.

Entonces Jesús agregó: "Ustedes beberán el cáliz que yo beberé y recibirán el mismo bautismo que yo. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes han sido destinados".

El carácter servicial de la autoridad. (Mt. 20. 24-28 Lc. 22. 24-27)

Los otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra ellos. Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así.

Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos. Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud".

Quien quiera ser grande, que empiece por ser pequeño Hemos de ser esclavos de todos si queremos hacer la voluntad de Cristo. Pero eso no es fácil. Incluso, nos parece intolerable. ¿Cómo es que Jesús nos dice cosas así? Pues Él se hizo esclavo de todos nosotros, siendo Dios, murió, con una muerte terrible y afrentosa.

Y por ello nos salvó. La realidad es que servir es mejor que ser servido, porque sirviendo no hay ambición, ni gusto por el poder, ni por el dinero. Así lo hacen miles de misioneros y misioneras que lo dejan todo por llevar un poco de felicidad a los pobres más pobres de la tierra. Ellos se convierten en servidores de esos pobres tan pobres. El evangelio nos alerta: quien quiera ser grande, que empiece por ser pequeño. A ir contracorriente.

 A no pretender aquello que no le corresponde. A no vivir sumido en sueños inalcanzables. A no estar acomodado o bien situado. Donde explota la pobreza, los que son misioneros, plantan la esperanza; donde existe riqueza, los misioneros alientan la caridad; donde aflora la injusticia, los misioneros propugnan un equitativo reparto de los bienes.

Donde no aparece Dios, los misioneros ( y esa es la novedad que llevan consigo) pregonan y son testigos de un Jesucristo que sigue vivo, operativo en su iglesia y salvación de todos los hombres. Pretender reducir, la vida de nuestros misioneros, a una simple labor humanitaria sería traicionar al sentido evangélico, la vocación a la cual se sintieron llamados. Oración y trabajo, anuncio y servicio, justicia y evangelio, Dios y hombre, paz y pan, son entre otros, vías paralelas que son irrenunciables, complementarias y que constituyen la grandeza y el rostro mejor, de aquellos que son felices anunciando a Jesucristo muerto y resucitado. Ellos, los misioneros, son así.

Disfrutan (no tanto soñando con un puesto junto a Dios) sino cumpliendo la voluntad de Dios y anunciándolo de balde allá donde la iglesia los ha enviado. Como, los Zebedeos, también nosotros estamos llenos de defectos y de aspiraciones. Lo malo, no es tenerlas, sino la falta de conciencia de lo que supone seguir a Jesús: beber el trago amargo de su cáliz (persecución, incomprensión, hostilidades o sacrificios)

Ojala, ante el Señor, digamos: concédenos ser los primeros en generosidad; los primeros en sensibilidad misionera; los primeros en dar a conocer tu nombre; los primeros en valorar la labor impresionante de nuestros misioneros, etc.

No estará de más, por lo menos, pedirlo con sinceridad. Entre otras cosas porque, podemos correr el riesgo de olvidar que, también desde aquí, como San Francisco Javier podemos ser testigos y maestros de la misión: anunciado a Jesucristo y facilitando medios para las misiones católicas.

¿Quiero ser el primero y el último?

¿El primero en exigir y el último en ofrecer?
¿El primero en soñar, y el último en trabajar?
¿El primero en aspirar, y el último en superarme?
¿El primero en dudar, y el último en creer?
¿El primero en ser servido, y el último en ayudar?

¿Pretendo ser el primero y el último?

¿El primero en cerrar la mano, y el último en abrirla?
¿El primero en anhelar grandezas, y el último en ser sencillo?
¿El primero en humillar, y el último en ser humillado?
¿El primero en mirar a otro lado, y el último en salir al paso?
¿El primero en mandar, y el último en obedecer?

¿Soy el primero y el último?

 ¿Soy el primero en ser recomendado, y el último en recomendar?
¿Soy el primero en vanidad, y el último en humildad?
¿Soy el primero en silenciar, y el último en anunciar?
¿Soy el primero en quejarme, y el último en sufrir?
¿Soy el primero en temor, y el último en valentía?

 Oración

Dios todopoderoso y eterno, te pedimos entregarnos a ti con fidelidad y servirte con sincero corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor

sábado, 22 de marzo de 2008

AVE, BERNARDO!

¡

 

Monasterio de Claraval. Bernardo pasea por su claustro. Hay una imagen de María. Cada vez que pasaba ante ella, Bernardo la saludaba con una inclinación de cabeza y unas palabras: ¡Dios te salve, María! Y así siempre. Un día la imagen se animó, y le respondió muy educada al saludo: ¡Salve, Bernardo! ¡Salve, Jesús!! ¡Salve, Eulalia! ¡Salve, Laly! ¡Salve, Pedro! ¡Salve Alejandra! ¡Salve Visitación! Le agrada a la Virgen mucho este saludo, porque al oírlo revive el gozo del anuncio del Arcángel de que iba a ser la Madre de Dios. Por eso Tomás de Kempis nos aconseja: "Saludadla a menudo con la salutación angélica, porque este saludo lo escucha muy complacida". Y María le confió a Santa Matilde, que no puede recibir saludo mejor que el Ave María. El que saluda a María, será saludado por ella, como San Bernardo. Saludo de María que consistirá, según San Buenaventura, en otorgar alguna gracia cada vez que se la saluda. Y pregunta Ricardo de San Lorenzo: Si uno le dice Ave María, ¿le podrá negar la gracia la que prometió a Santa Gertrudis tantos auxilios en la hora de la muerte cuantas fuesen las Ave Marías que le había rezado? Y afirma el Beato Alano que cuando se reza el Ave María, goza todo el cielo y tiembla y huye el demonio, y lo mismo confirma Tomás de Kempis, quien al decir Ave María puso en fuga al demonio que se le había aparecido.

domingo, 9 de marzo de 2008

Lacrimación de la Virgen en Colombia

Los testimonios publicados en esta sección son responsabilidad de quien los firma. Al publicarlos www.reinadelcielo.org no está emitiendo ninguna opinión sobre la veracidad de los dichos, sino que sólo ha entendido que sus contenidos no contienen nada que atente contra las verdades de la fe y la moral y sí entiende que pueden ser favorables para el crecimiento espiritual de nuestros lectores. El juicio final sobre los hechos publicados corresponde a la Iglesia, a la que nos sometemos.

La redacción de Reina del Cielo

 

Historia de la manifestación

Nota de Reina del Cielo: recibimos muchos testimonios de lacrimaciones de imágenes, en particular de María Rosa Mística. De cuando en cuando publicamos estos testimonios, cuando el escrito revela una sana devoción y deseos de honrar a Dios, como es este caso. Dejamos a la jerarquía eclesiástica del lugar el discernimiento y análisis del caso, mientras invitamos a nuestros lectores a meditar el motivo que Dios tiene al regar nuestro mundo con estas manifestaciones que ocurren en todos los lugares del planeta, en este tiempo de Gracia que vivimos.

Testimonio de Diana Montoya, nuestra lectora:

Somos una familia católica y practicante de la fe. En una ocasión llegó a mi hogar una imagen peregrina de la Virgen María Rosa Mística, con el propósito de rezar la novena. Comenzamos la misma por una necesidad familiar que nos acongojaba en ese momento, un familiar estaba próximo a someterse a una intervención quirúrgica muy riesgosa y delicada.  Hicimos la novena a la Virgen Maria con una fe enorme, y de igual modo la Virgen nos respondió con una gran bendición para este familiar. Devolvimos la imagen de la Virgen, pero Ella se quedó en mi corazón. Me invadió entonces una gran tristeza por no tenerla más en mi hogar, y así un día exclamé: "qué hermoso sería tener una Virgen Rosa Mística en mi casa". Mi hija de nueve años me escuchó, y cuando llegó mi cumpleaños el 16 de septiembre del 2007 ella me dio la gran sorpresa: "mami, te voy a regalar la Virgen con el dinero que recogí de mi primera Comunión". Fue una gran alegría para mi, y como familia unida que somos fuimos con mi esposo y mis dos hijos en busca de la Virgen.

Nos enamoramos de inmediato de Ella por su gran belleza y por la alegría que irradiaba de su rostro. Salimos del comercio y la hicimos bendecir por un sacerdote, y cuando llegamos a casa la coloqué en un lugar muy especial, donde siempre la tendría presente.

El 20 de septiembre a las 12 del mediodía estaba con mis hijos, y fuimos a recoger la imagen de la Virgen para cambiarla de lugar, ya que nos habían regalado una lámpara para evitar encender velas todo el tiempo. Cuando fui a buscarla mi asombro fue ver todo el vestido sucio, lo limpié y pensé ¿que será este material?

En cuestión de unos minutos sonó el teléfono, y cuando llegué al aparato que estaba cerca de la imagen, con gran asombro vi que la Virgen estaba llorando sangre. De inmediato salí corriendo a la casa de una amiga a contarle lo ocurrido. Cuando volvimos a casa nos acercamos y miramos asombradas. Llamé a mi madre, y en la tarde comenzamos a rezar, y de nuevo volvió a llorar a la hora tres, y de ahí en adelante constantemente.

Buscamos la ayuda de un sacerdote, el cual cuando llegó nos explicó sobre estas manifestaciones, y nos dijo que debía informar a la curia para iniciar el debido proceso. A los cuatro días volvió con una delegación de la curia, y se llevaron las muestras para el estudio. Nos pidieron prudencia y que rezáramos el Santo Rosario. Así lo iniciamos, pero poco a poco la gente se fue enterando de la maravillosa manifestación de nuestra Madre.

Con el tiempo fueron llegando las evidencias de las bendiciones de la Santísima Virgen María. El primero fue mi familiar sanada de un cáncer, una niña de nueve años de un cáncer de los pulmones, una señora que estaba en coma, una señora con cáncer de seno, y muchas otras mas. Nosotros agradecemos estas hermosas manifestaciones con el Santo Rosario, que hacemos en mi hogar.
.
Esta es la historia muy resumida de la imagen de la Santísima Rosa Mística que se ha manifestado con lágrimas de sangre y aceite con aroma a rosas. Tengo muy en claro que esto es un signo de Dios pidiendo más oración, por eso a las personas les explico la importancia de rezar el Santo Rosario. Mi meta futura es formar una fundación para los ancianos abandonados, para devolver un poco de tanta Gracia recibida.

Con el amor más grande los saludo al compartir con ustedes este testimonio, y que la Virgen Maria los bendiga y guarde.


Nombre y Apellido: Diana Montoya
Medellin - Colombia
18 de febrero de 2008
Email: misionangel3@hotmail.com

 

domingo, 2 de marzo de 2008

María Corredentora, Mediadora de todas las gracias y Abogada

 

Nuestra Señora se apareció en Amsterdam a una sencilla mujer, Ida Peerdeman, revelándole una serie de acontecimientos futuros, como la crisis por la que atravesaría el mundo y el gran combate que se desarrollaría dentro de la Iglesia, la liberación de los Países Bajos de la ocupación alemana, futuras guerras como la del Golfo y la de los Balcanes, la catástrofe de Chernobyl y otras profecías que se han cumplido con rigurosa exactitud. Pero lo más importante es el mensaje de esperanza que quiere dejar a sus hijos. La Virgen señala a su Hijo, Jesús, y también la Cruz. Insiste en que sólo regresando a El vendrá la verdadera Paz. Como en sus apariciones anteriores, pide el rezo del Santo Rosario, mostrándolo como el arma más poderosa contra el demonio.

Pero el eje de esta aparición de María es sin dudas su profecía respecto de que el dogma final de "María Corredentora, Mediadora de todas las Gracias y Abogada" será proclamado formalmente por la Iglesia un 31 de mayo. Después, vendrá la verdadera paz.

La aparición comenzó el 25 de marzo de 1945, día en que la Iglesia celebra la Fiesta de la Anunciación. En total fueron 56 apariciones entre ese año y 1959. María allí ha pedido se le reconozca con el nuevo título de "La Señora de Todos los Pueblos", se venere la imagen que le mostró a la vidente y se rece una oración a Jesucristo, que Ella misma le dictó.

A través de esa oración María nos pide implorar la Presencia del Espíritu Santo en el mundo, para que descienda sobre nosotros, como en Ella siempre estuvo. 

Esta aparición, tan poco conocida, es una de las más importantes que María nos ha regalado. Y no es sólo por las profecías que allí se escucharon, o por la oración al Espíritu Santo que Ella nos enseñó, o por la hermosa imagen que nos regaló. Su importancia radica en el pedido de proclamación del quinto y último dogma Mariano, la joya que completa la Corona de María:

María Corredentora, Mediadora de todas las gracias y Abogada

Oración dictada por María a Ida 


Señor Jesucristo,
Hijo del Padre,
manda ahora Tu Espíritu sobre la tierra.

Haz que el Espíritu Santo habite
en el corazón de todos los pueblos,
para que sean preservados de la corrupción,
de las calamidades y de la guerra.

Que la Señora de todos los Pueblos,
que un día era María,
sea nuestra Abogada.

Amén

El título de "La Señora de todos los Pueblos"
 

 

El nombre de esta nueva advocación es mencionado por primera vez por María el 16 de noviembre de 1950. Esta fecha es muy importante, porque pocos días antes (el 1 de noviembre de ese mismo año) el Papa Pío XII proclamó el dogma de la Asunción de María al Cielo. Ida relata lo visto en esa oportunidad:  

Veo a la Señora de pie sobre el globo terrestre. Señalándolo, me dice: "Hija, estoy de pie sobre este globo, porque deseo que me llamen LA SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS".

En mensajes posteriores Ella explica el significado de este nombre: "Yo soy la Señora, María, Madre de todos los Pueblos. Me pueden llamar Señora de todos los Pueblos o Madre de todos los Pueblos, que antes era María. Yo vengo precisamente en este día para comunicarte que así es como deseo que me llamen. Las personas de todos los países deberán ser verdaderamente un solo pueblo" (11 de febrero de 1951).

"La Señora de todos los Pueblos desea que la lleven a todos, quienquiera o lo que quiera que sean. Por eso recibió este título de su Señor y Maestro" (31 de diciembre de 1951).

"Con la Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo al Cielo, mediante un acto único entregó a todos los pueblos a Miriam o María, como "la Señora de todos los Pueblos". Al decir estas palabras "Mujer, ahí tienes a tu hijo, hijo, ahí tienes a tu Madre", con esta declaración, Miriam o María recibió este nuevo título. ¿Por qué sólo hasta ahora aparece el título de "Señora de todos los Pueblos"?. Porque el Señor lo tenía reservado para estos tiempos. Los dogmas proclamados con anterioridad tenían que precederlo, de igual manera que su vida terrena tuvo que preceder a ser declarada la Señora de todos los Pueblos. Todos los dogmas anteriores abarcan la Vida y la Asunción de la Señora" (5 de octubre de 1952).

María se presenta con este título como Madre de toda la humanidad, como la Pastora de todos nosotros. Esta concesión de Dios hacia tan graciosa Criatura debe llenarnos de amor y orgullo,  por ser hijos de la propia Madre de Dios.

La oración que La Señora nos entregó

El 11 de febrero de 1951 María nos entrega una oración referida a estos tiempos tan especiales, donde el Espíritu Santo nos busca con fuerza renovada. Ella pide que se difunda esta oración en todo el mundo, que se la rece con el corazón.

Relata Ida: De pronto me encontré de pie ante una Cruz grande. Mientras la contemplo, siento dolores muy intensos. Fue como si todos los músculos de mis brazos se contrajeran, obligándome a cerrar los puños. Sentí como si la cabeza se me desgarrara en pedazos y fuera a explotar, y tuve la sensación de la fiebre. Por todo eso me puse a llorar. No pude soportarlo más y le pregunté a la Señora si podría ser liberada de eso. Duró un poco más y luego todo terminó. Entonces la Señora me dijo: "Todos debemos regresar a la Cruz, sólo entonces reinará la paz y la tranquilidad".

Mientras estoy todavía de pie con la Señora delante de la Cruz, Ella dice: "Repite lo que te digo". Ello me llamó la atención, pues yo estaba repitiendo todo lo que oía. Pero de pronto vi que la Señora se volvía aún mas hermosa de lo que ya era. La Luz que siempre la rodeaba se tornó más clara y tan brillante, que ya casi no podía mirarla. Entonces Ella levantó sus manos, que tenía casi siempre hacia abajo, y las juntó. Su rostro se transformó en algo tan celestial, tan sublime que simplemente no se puede describir con palabras. Su figura se volvió aún más hermosa y resplandeciente, yo la contemplaba embelesada y pensé: ¿Qué va a venir ahora?. Entonces la Señora me dice: "Reza ante la Cruz":

Señor Jesucristo, 
Hijo del Padre, 
manda ahora Tu Espíritu sobre la tierra.

Haz que el Espíritu Santo habite 
en el corazón de todos los pueblos, 
para que sean preservados de la corrupción, 
de las calamidades y de la guerra.

Que la Señora de todos los Pueblos, 
que un día era María, 
sea nuestra Abogada.

Amén

María agrega:

"Hija, esta oración es tan sencilla y tan corta, que cada persona la puede decir en su propio idioma, ante su propia Cruz. Las personas que no tengan un Crucifijo, pueden rezarla a solas".

En varias ocasiones nuestra Madre hizo referencia a esta oración, como ocurrió en la aparición del 2 de julio de 1951:

"Todos los pueblos deberán honrar al Señor y Maestro en Su Creación. Todos los pueblos deberán pedir que venga el verdadero Espíritu, el Espíritu Santo. Por eso les he enseñado esta breve y poderosa oración. El mundo entero se está corrompiendo. Por eso, las personas de buena voluntad deberán pedir cada día que venga el Espíritu de la Verdad. Yo soy la Señora de todos los Pueblos. Este tiempo es Nuestro tiempo. "Que un día era María" quiere decir que muchas personas han conocido a María como María. Sin embargo ahora, en esta era nueva que va a empezar, quiero ser "la Señora de todos los Pueblos". Esto todos pueden comprenderlo".

María nos explica la venida del Espíritu Santo con renovada fuerza, al que todos no solo debemos esperar y llamar sino también permitir actuar en nosotros. Y nos aclara por qué Ella en estos tiempos tendrá, en el plan de Dios, una misión mucho mas activa que en los tiempos previos, con remarcada Presencia. Sus repetidas y duraderas recientes apariciones, nos indican a las claras que Ella es la Capitana del Ejército Celestial en estos últimos tiempos.

La conocida imagen de La Señora de todos los Pueblos

La Virgen puso mucho énfasis en la imagen que se debía difundir en relación con la nueva Advocación de Nuestra Señora de todos los Pueblos. Dejemos que sea Ida y la propia María quienes nos relaten como la vemos en Amsterdam, en varios mensajes recibidos en el año 1951:

María describe su imagen de este modo:

"Estoy de pie sobre el globo terráqueo y apoyo firmemente mis pies sobre él. También ves con toda claridad mis manos, mi cara, mis cabellos y mi velo. Lo demás está como en la niebla. Ahora te voy a explicar por qué vengo de esta forma. Te he mostrado mi cabeza, mis manos y mis pies como las de un ser humano. Te aclaro: como los del Hijo del Hombre. Ahora te aclararé por qué me aparezco así, de esta forma. Estoy de pie ante la Cruz como la Señora, con cabeza, manos y pies como de un humano, más el cuerpo como el espíritu, porque el Hijo ha venido por la Voluntad del Padre. Pero ahora el Espíritu debe venir sobre el mundo, y por eso yo quiero que se rece. Estoy de pie sobre el globo terráqueo, porque esto concierne al mundo entero".

Dice Ida: la Señora ahora señala la faja con que Ella ha rodeado su cintura, tengo que mirarla atentamente. "Escucha con mucha atención lo que significa", dice la Señora.

"Es como la faja que cubrió al Hijo. Además estoy de pie como la Señora delante de la Cruz del Hijo". "El rebaño de ovejas que aparece en la imagen representa a los pueblos del mundo entero, que no hallarán descanso hasta que no se recuesten y contemplen pacíficamente la Cruz, el centro del mundo. Ahora mira mis manos y describe lo que ves".

Ahora veo como si en el centro de la palma de las manos hubiera habido una herida. De la herida de cada mano brotan tres rayos de Luz que descienden sobre las ovejas. La Señora sonríe y dice:

"Estos son tres rayos, los rayos de la Gracia, de la Redención, y de la Paz. Por Gracia de mi Señor y Maestro y por amor a la humanidad, el Padre envió al mundo a Su único Hijo como Redentor. Ahora ambos desean enviar al Santo, al Verdadero Espíritu, que solamente puede ser la Paz. Por lo tanto: Gracia, Redención y Paz. El Padre y el Hijo quieren enviar en este tiempo a María, la Señora de todos los Pueblos, como Corredentora, Mediadora y Abogada"

(31 de mayo de 1951).


En Akita, Japón, la Virgen María se manifestó sobre una imagen de madera que representa a La Señora de Todos los Pueblos. La imagen lloró 101 veces.
(ver Akita)
 
En poco tiempo, ante el pedido de la Virgen, se pintó la imagen y se la difundió rápidamente por el mundo entero junto a la oración. Y en Akita/Japón ésta imagen y esta oración dieron inicio a una aparición que no sólo es confirmación de la aparición de Amsterdam, sino también una continuación de la misma. Akita y Amsterdam, de este modo, están encadenadas bajo el mismo sentido y fundamento.

En estos importantes mensajes, María se nos presenta unida indisolublemente al Espíritu Santo, porque Ella es la llena de Gracia. Pero también anuncia el nuevo rol de María: Corredentora, Mediadora y Abogada. La Madre de Dios está tan unida a la Cruz de Su Hijo, indisolublemente unida, que el rol de Corredentora surge naturalmente. Pero la Iglesia es Corredentora también. Nosotros, como miembros vivos de la Iglesia, debemos acompañar a María en su Corredención, en el camino de la Cruz que Cristo nos propone. María Madre de la Iglesia, de todos nosotros. ¡Meditemos este misterio!

María pide el quinto dogma Mariano

A la fecha la Iglesia ha proclamado cuatro dogmas Marianos:

Ella es (1) Madre de Dios y (2) Siempre Virgen. Ella fue (3) Inmaculadamente Concebida y (4) Asunta al Cielo, habiendo sido el último dogma proclamado el de la Asunción: en 1950 el Papa Pío XII nos dio esta enorme alegría a quienes amamos a María.

Pero falta proclamar un dogma, el quinto, el último y más importante, porque es el que une indisolublemente a la Madre con el Hijo. La Iglesia tuvo que esperar a que la escena estuviera preparada para un dogma relativo a la función o rol de María en el trabajo de la salvación, bajo el triple nombramiento de Corredentora, Mediadora y Abogada. Sin dudas que éste, y no otro, es el tema central de los mensajes de Amsterdam: la Señora habla de esto por primera vez poco después de haber enseñado la oración al Espíritu Santo.

"Yo estoy de pie aquí y deseo ser la Señora de todos los Pueblos, no sólo de un determinado pueblo, sino de todos. Ahora te voy a explicar de nuevo algo, pero escucha con atención. Trata de comprender el significado del contenido de este mensaje. Yo estoy de pie ante la Cruz, con la cabeza, las manos y los pies como los de un ser humano. Mi cuerpo, en  cambio, es como salido del Espíritu. ¿Por qué estoy así?. Mi cuerpo fue llevado al Cielo, como el de mi Hijo. Ahora me encuentro ofreciendo ante la Cruz, porque yo he sufrido con mi Hijo espiritualmente y también, de un modo especial, corporalmente. Este será un dogma muy combatido".

Ida manifiesta temor de transmitir este mensaje, por lo cual María le dice:

"Hija, comunica esto y di que con este dogma se concluyen los dogmas Marianos. Ya lo he dicho: la Teología debe hacer paso a los asuntos de mi Hijo. Con esto quiero decir: teólogos, el Hijo va buscando lo pequeño y lo sencillo para Su obra. ¿Creéis vosotros en lo pequeño y lo sencillo, que vosotros enseñáis a los demás?. ¡Creed con sencillez!. No podemos esperar mucho más tiempo. Este tiempo es nuestro tiempo" (1 de abril de 1951).

Muchas veces volvió María a hablarle a Ida sobre la importancia de este nuevo dogma, y su contenido, como el 2 de julio de 1951:

"Como Corredentora, Mediadora y Abogada estoy de pie sobre el mundo ante la Cruz del Redentor. Por la Voluntad del Padre el Redentor vino al mundo, para esto el Padre se sirvió de la Señora. Por lo tanto, el Redentor recibió de la Señora solamente –y subrayo la palabra "solamente"- la carne y la sangre, es decir, Su Cuerpo. De mi Señor y Maestro, El Redentor recibió Su Divinidad. De esta manera, la Señora se hizo Corredentora. He dicho que "este tiempo es nuestro tiempo", lo cual significa que el Padre y el Hijo quieren en este tiempo enviar al mundo entero a la Corredentora, Mediadora y Abogada".

Recordando que la propia Madre de Dios entrega este mensaje a Ida (y a todos nosotros) poco tiempo después de proclamado el cuarto dogma (la Asunción), María coloca en prioridad la importancia de proclamar el quinto dogma como finalización de la misión de la Iglesia respecto de los dogmas Marianos, verdadera Corona de la Reina del Cielo. Ella dijo el 15 de agosto de 1951:

"Hoy vengo como la Señora de todos los Pueblos. Yo aplasté la serpiente con mi pie. Estoy unida al Hijo, como siempre lo he estado. En la historia de la Iglesia, este dogma (el dogma de la Asunción de la Virgen María al Cielo) ha precedido al nuevo dogma. Como Corredentora, Mediadora y Abogada estoy ahora en este tiempo, nuestro tiempo. El dogma de la Asunción tuvo que precederlo. Vendrá seguidamente el nuevo dogma, el más grande. En este tiempo, el Sacrifico está y estará en el centro del mundo".

Dice Ida: ahora la Señora se aparta de la Cruz y yo de nuevo me siento llenar de violentos dolores. A continuación, la Señora se vuelve a poner ante la Cruz, y yo siento una gran compasión al contemplar sus sufrimientos. Veo entonces una luz intensa que brota de la Cruz. La Señora dice: "Los hombres le han sido encomendados a la Madre. Pues el Hijo ha dicho: "Mujer, ahí tienes a tu Hijo, hijo, ahí tienes a tu Madre". Por lo tanto, es Corredentora, Mediadora y Abogada. Di esto a tus teólogos. Diles que quiero ser y que seré la Corredentora, Mediadora y Abogada".

Luego de muchos años de discusiones y de pedidos referidos a este dogma, aún estamos esperando su proclamación. Pero María nos tranquiliza cuando profetiza lo que va a ocurrir, en su mensaje del 29 de abril de 1951:

"Ya lo dije, que ocasionará muchas controversias. Te lo repito, la Iglesia, Roma, lo sostendrá y luchará. La Iglesia, Roma, encontrará resistencia, pero permanecerá firme. La Iglesia, Roma, será cada vez más poderosa y firme, a medida que resistirá en la mucha. Mi intención y el encargo que te doy no son sino para que exhortes a la Iglesia y a los teólogos a que emprendan esta lucha. Yo sé, la lucha será dura y grande". Ida ve a la Señora sonreír para si misma, y como si mirara a lo lejos, dice: "Pero ya está decretado".

Uno de los motivos que actualmente motivan a algunos teólogos a sugerir la postergación de la proclamación de este importante dogma, pedido por María, es el intento de unir a las ramas perdidas del Cristianismo. Algunos dicen que elevar de este modo a María podría alejar a las iglesias protestantes. Pero, ¿qué sentido tiene promover una unión que no se fundamente en los cimientos que el propio Dios nos indica?. La unión debe ser verdadera y sólida, respetando todos los Sacramentos que Jesús nos dejó, pero también dejando a María el rol central que Jesús exige para Ella.

María misma completa la profecía dando a Ida los detalles de la futura proclamación que todos esperamos con esperanza y fe: el 31 de mayo de 1954 la Señora muestra como un día 31 de mayo, en el futuro, se realizará la proclamación de este dogma. En una visión Ida tuvo el privilegio de asistir por adelantando a la proclamación del nuevo dogma:

"Aquí estoy de nuevo. La Corredentora, Mediadora y Abogada se encuentra ante ti. Yo he escogido este día, en este día tendrá lugar la coronación de la Señora. Teólogos y apóstoles de nuestro Señor Jesucristo, poned atención. Yo ya os he explicado el dogma. Trabajad y pedid este dogma. Pedid al Santo Padre por este dogma. El Señor Jesucristo ha hecho grandes cosas y aún hará cosas mayores para todos vosotros en este tiempo, en este siglo veinte. Ese día, la Corredentora, Mediadora y Abogada recibirá su titulo oficial de Señora de todos los Pueblos. Fíjate bien: estos tres conceptos en un único gesto. Estos tres".

Y ahora Ida se encuentra de repente de pie con la Señora sobre la cúpula de una gran iglesia. Mientras entran, escucha que la Señora le dice: "Te traigo conmigo aquí dentro. Cuenta lo que te hago ver y oír". Ida dice: nos encontramos en una iglesia muy grande, en San Pedro. Veo muchos cardenales y obispos reunidos. En ese momento entra el Papa. Es un Papa que yo no conozco. Lo llevan en una especie de silla, pero luego va de pie. La gente lo aclama jubilosamente, el coro empieza a cantar. Ahora el Santo Padre anuncia algo en un idioma que yo no entiendo, teniendo levantados dos dedos. De repente la Señora está nuevamente de pie sobre la tierra, sonríe y dice:

"Así que te he dejado ver, hija mía, lo que es la Voluntad del Señor Jesucristo. Ese día será el día de la Coronación de Su Madre, la Señora de todos los Pueblos, que un día era María".

De este modo María nos pone una meta a todos los que la amamos. Millones de firmas de cardenales, obispos y fieles se han reunido pidiendo al Santo Padre la proclamación del quinto dogma. Muchos libros se han escrito sobre el tema, y se discute la oportunidad y conveniencia de la proclamación.

¡Oremos por la pronta proclamación de María como Corredentora, Mediadora y Abogada, porque Ella nos ha prometido la Paz de Jesús para ese momento!

María le habla a las mujeres y hombres de estos tiempos

María dijo a las mujeres de éstas épocas:

"Mujeres de este mundo, ¿sabéis vosotras qué significa ser mujer?. Significa sacrificarse. Despréndanse de su egoísmo y vanidad y preocúpense de llevar a todos los niños a lo más importante, a la Cruz. Sacrificáos también vosotras" (31 de mayo de 1951). "¿Conocéis todavía vuestra tarea?. Escuchad bien: como es la mujer, así es también el hombre. Vosotras, mujeres, tenéis que dar ejemplo. Volved a vuestra femineidad" (10 de diciembre de 1950).

Y también les habló a los hombres:

"Y ahora me dirijo a los hombres de este mundo. Yo les digo: de vosotros, los hombres, tiene que venir la fuerza y la voluntad de llevar al mundo hacia el único Príncipe de este mundo, el Señor Jesucristo" (31 de mayo de 1951). "Tengo que haceros una pregunta, hombres: ¿dónde están los soldados de Cristo?. Eso es todo lo que tengo que deciros" (10 de diciembre de 1950).

¿Qué dijo la iglesia sobre Amsterdam?

El 31 de mayo de 1996 el Obispo de Haarlem, diócesis de Amsterdam, Monseñor Hendrick Bomers y el Obispo auxiliar, Monseñor Punt, publicaban una declaración según la cual no tenían nada que objetar a la devoción pública de Nuestra Señora de Todos los Pueblos, dándole su aprobación eclesiástica oficial. La vidente Ida Peerdeman, testigo ocular de las apariciones de la Santísima Virgen en Amsterdam desde 1945 a 1959, y que en ese momento contaba 90 años, estaba presente.

Y finalmente, el 31 de mayo del 2002, la aparición fue aprobada como de "origen sobrenatural" por el obispo José María Punt de Haarlem-Amsterdam (Holanda). El obispo dijo que eran una "ayuda para entender los signos de los tiempos y vivir mas fielmente el Evangelio, ya que los signos de nuestros tiempos son dramáticos. La devoción a nuestra Señora de Todos los Pueblos puede ayudarnos, en mi sincera convicción, a guiarnos en el camino correcto, durante el presente drama de nuestros tiempos, el camino hacia un nuevo y especial derramamiento del Espíritu Santo, el único que puede sanar las grandes heridas de nuestro tiempo".

El 10 de mayo de 1953 la Virgen le da a Ida un mensaje para el Santo padre:

"Hoy traigo un mensaje especial. Pídele al Santo Padre que rece la oración... y que enseñe a los pueblos a rezarla. Dile: Apóstol de Nuestro Señor Jesucristo, enseña a tus pueblos esta oración tan sencilla y tan profunda a la vez. Es María, la Señora de todos los Pueblos, quien te lo pide. Tú eres el Pastor de la Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo. Cuida tus ovejas. Has de saber que grandes peligros amenazan a la Iglesia y al mundo. Ahora ha llegado el momento en que hables de María como Corredentora, Mediadora y Abogada, bajo el título de la Señora de todos los Pueblos. ¿Por qué te lo pide María?. Porque Ella ha sido enviada por su Señor y Creador, para poder salvar el mundo, mediante esta oración y este título, de una gran catástrofe mundial. Tú sabes que María quiere venir como la Señora de todos los Pueblos. Ahora ella te pide que los pueblos puedan oír este título de ti, del Santo Padre".

La Corredentora

Un buen número de personas se ha tomado en serio este encargo de María, y han escrito al Santo Padre pidiendo la proclamación del dogma. Especialmente grupos como Vox Populi Mariae Mediatrici han sido constantes en buscar firmas para este fin. A pesar de la oposición de clérigos y laicos que no están de acuerdo con la proclamación de este nuevo dogma, más de cuatro millones de fieles, alrededor de cuatrocientos setenta obispos y cuarenta cardenales han enviado su petición al Santo Padre. La Madre Teresa de Calcuta era una gran defensora de Nuestra Señora, y firmó el pedido de consagración  del dogma.

Mucha gente llama cariñosamente a la advocación de Nuestra Señora de todos los Pueblos como La Corredentora. Quizás este nombre es una síntesis de lo que Ella nos vino a pedir allí. Las últimas apariciones, las cuales tuvieron lugar casi todas los días 31 de Mayo, constituyen una grandiosa conclusión de todos los mensajes. En estas visiones celestiales la Señora enseña el camino que la humanidad deberá seguir, el camino que conduce al gran Misterio de la Eucaristía, el Milagro diario.

Unámonos a las millones de voces que piden que Nuestra Madre Celestial sea proclamada

CORREDENTORA, MEDIADORA DE GRACIAS Y ABOGADA